A pesar de ser una historia muy famosa en la literatura por ser la segunda novela del autor inglés Charles Dickens, nunca la había leído ni había visto la película.
Roman Polański dirige la versión cinematográfica de «Oliver Twist» en el año 2005, protagonizada por Barney Clark. Partiendo de que no he leído la novela, diré que la película me ha parecido muy realista. Todos los personajes, ya sean buenos o malos, son interpretados de forma exagerada haciéndolo, para mí, más real para la época.
El protagonista del filme, Oliver Twist es un niño huérfano que vive en un orfanato junto a otros niños y están a cargo de gente con más poder económico, pero lo usan solo en beneficio de ellos mismos. Tengo que comentar que me gusta que el detonante de toda la historia sea que entre los chicos elijan al azar a alguno de ellos para que sea el encargado de pedir más comida a sus cuidadores, y es entonces cuando a partir de ahí comienza todo el viaje de Oliver. Como algo tan casual, tan normal como es el hecho de pedir comida desencadene toda la serie de acontecimientos que sucederán después.
Yo creo que incluso esa escena, demuestra la realidad y la crueldad que nos van a seguir mostrando según avanza la historia. Es como decir, mira, solo por esto sucede esto. Imagínate lo que viene después.
El personaje del viejo Fagin que convive con otros niños y les enseña y obliga a robar en algún momento me parece entrañable, porque de verdad se encariña con ellos, pero el interés y las malas compañías le hacen ser una persona detestable. Aun así, la relación del viejo con el niño me gusta. A pesar de todo, Oliver al final siente empatía por el hombre y se despide de él.
Todo el espectáculo que acontece en las calles, el gentío, los carros de los caballos, el vestuario…todo forma una cosa. Realismo. Puro y duro. Porque es cruel.
Los pensamientos de Bill Sikes, que convive con una chica más joven que él, criada con Fagin y convertida en prostituta, hace la historia más verosímil. Y al espectador le hace reflexionar sobre ciertas actitudes. Al menos a mí.
Oliver interpretado por Barney me ha encantado. Tiene esa naturalidad en su rostro que no se nota sobre actuado, sino todo lo contrario. Transmite más a veces por lo que cuenta su cuerpo que lo que dice con palabras.
Y un punto a favor también por la aparición de los personajes de Brownlow, demostrando así que pese a la época y a la situación social-económica, hay gente buena con valores. Comento aquí la transformación, poco a poco, del niño Truan. Quien aparece dando una imagen de interés a cambio de que Oliver vaya a ayudarlos para trabajar con ellos robando, y al final demuestra no tenerle miedo a Bill para encararlo frente a la policía.
Me parece una película de estas de las que se puede aprender mucho sobre la historia, el mundo en el que se cuenta, las situaciones desfavorecidas que aparecen… y que sirve para reflexionar en el mundo de hoy en día. A mí me ha hecho pararme a pensar, me ha emocionado a la vez que me ha parecido cruel, pero necesario para contarlo.
Calificación: 7 / 10
Ana García